Marta y Álvaro estaban de vacaciones en Zahara de los Atunes y decidieron ir a Vejer para ver el atardecer. Cuando estaban en un sitio apartado contemplando el paisaje, Álvaro sorprendió a Marta arrodillándose y, emocionado y llorando le preguntó que si quería casarse con él, Marta no podía contener la emoción y, entre lágrimas, no dudó ni un segundo en decirle que ¡Sí!.

Cuando volvieron a casa de sus vacaciones, empezaron con los preparativos y Marta nos comenta que no necesitaron wedding planner porque a ella le encanta ver páginas de bodas y organizarlo todo por su cuenta, de hecho, ya tenían claro lo que querían desde hace algunos años.

Linares fue la ciudad protagonista del amor de Marta y Álvaro ya que fue donde se conocieron. Álvaro es de Linares y toda la familia de Marta también por lo que, decidieron que allí sería el lugar donde se darían el «Sí, quiero” en el mes de septiembre.

El lugar elegido por Marta y Álvaro para sellar su amor fue la Basílica de Santa María y tras la ceremonia, la boda continuó en Finca La Huerta.

Para su gran día, Marta confió en la diseñadora Teresa Baena para que diseñara y realizara su vestido de novia.

Para su peinado, Marta se decantó por un recogido que complementó con un tocado de Buffuna Hats y un elegante y sencillo maquillaje realizado por Alejandra García.