Después de un año de preparativos, Ana y Alberto decidieron darse el “Sí, quiero” el 1 de agosto del año pasado con una ceremonia religiosa y después celebraron la cena en una casa familiar a las afueras de Madrid.

Debido a las restricciones que tuvimos el año pasado por la pandemia, Ana y Alberto celebraron su gran día acompañados de 15 invitados. Una boda íntima y muy emotiva.

Este año, han querido renovar sus votos y poder celebrar esa gran boda que no pudieron celebrar el año pasado por todo lo alto, por fin, ese día llegó. Ana y Alberto han podido celebrarlo junto a todos sus familiares y amigos.

Para esta ocasión, Ana decidió lucir un vestido de novia firmado por Cherubina, con un cuello muy especial y una hilera de característicos botones que nos recuerda al vestido que lució el año pasado en su boda íntima.

Maquillada por Yohana Rojas y peinada por Shakti, Ana estaba realmente espectacular, sencilla y muy elegante.

Ana es una de las fundadoras de la marca de joyas Acantha y poder lucir piezas de su firma, era para ella muy especial por lo que, encargó a realizar unos pendientes con las iniciales de Ana y Alberto. Además, a Ana el día de su boda le acompañó tres anillos: el anillo con el que Alberto le pidió matrimonio de Acantha; el anillo de pedida que le regaló posteriormente y su alianza de casados.

Alberto confió en Absolute Bespoke para su traje, que complementó con camisa de Pal Zileri y corbata de Viola Milano.

El lugar escogido para la ceremonia y posterior celebración fue la Casa de los Cassy, una histórica casa situado en Madrid cuyos orígenes se remontan al siglo XVII.

Aunque el año pasado se habían casado en una ceremonia religiosa en la intimidad, querían celebrar de nuevo su unión y renovación de votos rodeados de las personas que les quieren por lo que, realizaron una ceremonia civil bajo un precioso arco diseñado por Sonia Alonso.

Para la iluminación y la música confiaron en Luces de Cuento y High Volumen Event. Los jardines estaban decorados por un espectacular techo de microluces que cubría todas las mesas y creaba un ambiente de ensueño amenizado por un DJ que pinchaba discos de vinilos durante la boda.