La memoria no es perfecta, la fotografía no es perfecta, ni siquiera la naturaleza es perfecta. No nos interesa la perfección, todo lo contrario, buscamos la belleza de la imperfección. Esta no es una historia perfecta, es simplemente una historia bella.
Nos encontramos en Villa Las Marías, una espectacular casona clásica con preciosos exteriores. Se sitúa en la provincia de Granada en un entorno rural donde los olivares son el emblema. Todo el equipo se trasladó allí con muchas ganas y una visión: dar vida a una novia diferente, descubrir este nuevo espacio y contar una historia singular.
Lucía, la novia, se prepara en una de las suites de la villa. El equipo de maquillaje y peluquería confecciona para ella un look sutil que resalta su belleza natural. El peinado es un recogido pulido que mezcla la sobriedad de lo clásico con un toque contemporáneo.
El vestido confeccionado a mano totalmente a medida es una apuesta rompedora con reminiscencias de la alta cultura de los años 50. Un diseño de silueta ajustada y minimalista, cola larga y mangas espectaculares. Grandes volúmenes orgánicos y transparencias enmarcan los rasgos de Lucía y nos hablan de una novia etérea y con carácter, bella y con mucha personalidad. Las exclusivas joyas acompañan a la perfección este look atemporal.
Lucía se prueba varios de los elegantes zapatos artesanales. El modelo de terciopelo rosado es el elegido, complementa y aporta un toque de color original a una novia diferente.
La puerta principal de la casa se abre a un espacioso hall en el que la protagonista es una imponente escalera de caracol. La novia la recorre hasta llegar a la mesa decorada. Una lámpara floral parece levitar ingrávida sobre ella. El centro de mesa también sorprende; inspirado en el arte floral japonés, una cúpula de cristal protege como un tesoro algo de gran valor: la belleza efímera de las flores. Toda la decoración es naturalista, sencilla, honesta
El resto de elementos sobre la mesa convive en armonía con este ambiente de sutileza y naturalidad: bajoplatos, platos, cubiertos, cristalería, mantelería… Incluso las sillas transparentes, encajan a la perfección en nuestro microcosmos de belleza. En estos momentos el sol nos regala su luz natural.
Tras explorar los interiores de la casa, el equipo salió a descubrir el jardín con un look diferente. Este segundo vestido juega también con volúmenes y transparencias pero esta vez la silueta es completamente distinta: capas y capas de delicado tul construyen una falda vaporosa, llena de movimiento. Esta novia etérea y romántica pasea por los bellos exteriores del lugar. Cada rincón cuenta una historia digna de ser descubierta. Pablo captura momentos naturales, despreocupados e irrepetibles.
La lluvia primaveral les sorprende junto a la piscina. Con un calzado alternativo Lucía está más que preparada para continuar su paseo, una novia siempre brilla con luz propia.
Más tarde, con el pelo suelto y bajo un cielo ya despejado, posa junto a la fachada de la antigua casa familiar. Una casita andaluza encalada y cubierta por una frondosa parra. Con esta imagen que nos habla del paso del tiempo y la importancia de conocer y apreciar el pasado culmina esta pequeña historia. Una historia imperfectamente bella.
Gracias a Pablo Castro por captar como nadie la autenticidad y belleza de esta propuesta tan singular. Gracias a todos los colaboradores por hacer de una visión una realidad.
Equipo editorial:
Organización: Lourdes Salmerón
Fotografía y vídeo: Pablo Castro
Lugar: Villa Las Marias
Arte floral: Villa Las Marias Eventos
Vestidos: Maribel Urbano
Maquillaje y peluquería: Lucía Muñoz y Emilia Abril de DyD Escuela Superior
Zapatos: Santiago Abad Shoes
Joyas: Joyería San Eloy
Vajilla y sillas: Noe Rents & Events
Modelo: Lucía Deng de Nofuentes Models