A María y Lolo les gusta disfrutar del fin de año en un destino diferente cada año y ese año tocó Berlín. Manolo le dijo a María que quería facturar una maleta y ella encantada porque así se podía poner un abrigo cada día (nos comenta entre risas), lo que nunca se habría podido imaginar es que detrás de esa facturación de la maleta, le esperaba una sorpresa que no olvidará nunca.
María reservó la cena de Nochevieja en un precioso restaurante de Berlín, nos comenta que “cuando llegamos al restaurante, a partir de ahí fue todo un teatro, estaba todo el restaurante compichado con Manolo, 15 minutos antes de que terminase el año, empezó a sonar nuestra canción favorita ‘Fly me to the moon’ de Frank Sinatra, nos pusimos a bailar y de repente me ví a Manolo de rodillas sorprendiéndome con un solitario de Suárez. Fue precioso porque luego todo el mundo nos felicitaba y tiraron fuegos artificiales”.
Cuando volvieron a España, se pusieron a organizar la boda. En un primer momento, María decidió que iba a ser ella misma la que se encargaría de gestionar todo con los proveedores ya que tenía las ideas bastantes claras, o eso creía…
María y Manolo decidieron que el día para darse el “Sí, quiero” sería el 21 de marzo de 2021 pero, llegó la pandemia y como muchas parejas, tuvieron que adaptarse a las circunstancias.
María es médico y veía que casarse en el verano del 2020 o principios del 2021 no sería muy factible por lo que, decidieron posponer la boda al 9 de octubre y a partir de ahí, contactó con una Wedding Planner para que le ayudara con la coordinación del día B y que ella no tuviese que estar pendiente de que todo saliera bien, “creo que fue de las mejores decisiones que pude tomar” afirma María.
Cuando por fin llegó el día de su boda, María y Manolo disfrutaron desde el principio de cada segundo, “suena a topicazo pero… fue el día más feliz de nuestras vidas. Somos personas disfrutonas por naturaleza y así vivimos los preparativos” comenta María. Disfrutó desde el principio como una enana, no va a negar que en algunos momentos lo pasara mal pero, fueron los menos.
María recuerda las excursiones que hizo con su madre y sus hermanas buscando el vestido más bonito del mundo, ella pensaba que no le iba a encajar nada hasta que conoció a Fernando Claro. Le dijo “Fernando, yo quiero ser una novia muy novia pero, con un punto de moda” y lo clavó, todas sus dudas desaparecieron y disfrutó mucho de cada prueba de su vestido.
“Luego, el diseño de las joyas con mi abuela nunca lo olvidaré. Fuimos a un orfebre sevillano y diseñamos unos pendientes de diamantes con topacios celestes con los gemelos más bonitos del mundo para mi traje”, comenta María.
María recuerda sus “no nervios” el día B, ella sólo quería disfrutar y exprimir cada momento.
“Tuve un momento de lucidez en el que me paré y me puse a mirarlo, a mirarnos, rodeados de toda la gente que queremos, felices por nuestra felicidad, me quedo ese momento en la caja de los más maravillosos de mi vida” afirma María.
El consejo que a María le gustaría dar a las futuras novias es que disfruten del proceso, del aquí y el ahora, de las personas que los quieren, el amor siempre triunfa y con ese ingrediente secreto todo sale bien antes o después.
Vestido novia: Atelier Fernando Claro
Zapatos: Castañer
Joyas: Joyería Suárez y Manuel García Calvo
Ramo: La Florería Huelva
Traje novio: Lista Sastrerias
Fotógrafos: Rosseblanc
Localización: Hacienda Torre de las Arcas
