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Marta y Pablo, una boda de ensueño en La Villa del Mentidero
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo

Pablo y Marta llevan juntos casi 12 años y, en uno de sus viajes de verano, se fueron a las islas griegas. Suelen escaparse de los sitios turísticos por lo que, mapa en mano, buscaron cuáles eran las islas menos conocidas y entre ellas, encontraron Milos. Se enamoraron tanto de la isla que los dos han querido siempre volver a ella.

En mayo del 2019, Pablo sorprendió a Marta en su 29 cumpleaños regalándole un viaje a las islas griegas, incluyendo Milos y, un mes más tarde, para ser exactos el 15 de Junio del 2019, allí estaban ellos.

La zona suroeste de Milos es inaccesible en coche o moto porque está llena de Minas y no hay carreteras, para ir a las playas sólo se puede ir en barco o en 4×4 por lo que, Pablo alquiló un 4×4 para llevar a Marta a una playa donde estarían solos ellos dos en la zona suroeste de la isla y fue allí donde, con el atardecer, Pablo sorprendió a Marta preguntándole si quería casarse con él.

El 22 de febrero de 2020 celebraron la pedida oficial de mano con sus respectivas familias en su restaurante favorito de Madrid “El Goloso”. Los padres de Pablo le regalaron a Marta los pendientes (piedra aguamarina y diamantes) para la boda y la familia de Marta le regalaron un reloj (Tag Heuer) a Pablo. Unas semanas más tarde, tuvieron que aplazar su boda por el COVID.

Marta nos cuenta que es una persona muy organizada y le encanta tener todo cerrado con tiempo por lo que, tras venir de su viaje a Milos, empezaron a ver fincas para encontrar fecha para la boda ya que, en Madrid es bastante complicado cuadrar todo y además, ella tenía claro que se quería casar en la Iglesia San Juan Bautista en Talamanca del Jarama, el pueblo de su familia materna y donde fue bautizada por lo que, buscaron fincas por el norte de Madrid.

Tras ver varias fincas y caterings, fue entrar en el Jardín de La Villa del Mentidero y saber que era allí donde tenían que casarse, no sólo por lo bonita que es si no, por el gran equipo de profesionales que forma el Grupo Mentidero, nos comenta Marta que “No podían haber elegido mejor, y eso sin saber lo que se les venía encima…”. Ya quedaban pocas fechas para el 2020 y se decidieron por el viernes 29 de mayo del 2020.

Cuando estábamos llegando al final del 2019, Marta y Pablo tenían la boda organizada casi al 90%, llevaban años queriendo casarse, habían invertido mucho tiempo y cariño para que todo saliese a la perfección el 29 de Mayo del 2020, quedaban meses y Marta estaba preocupada por el tiempo que podría hacer y por si algo no salía como estaba previsto… y entonces, llegó el COVID.

Nos comenta Marta que la situación le afectó como a todos pero, además le robó la ilusión que tenemos todas las novias (todas las que hayan pasado por lo mismo le entenderán) y se llevó por delante a la única abuela que le quedaba y que cada día le recordaba cuántas ganas tenía de ir a su boda… ¡Y eso que tenía Alzheimer!.

Los meses de marzo y abril fueron horribles, todas las citas que tenían para organizar cosas de la boda como la prueba del menú, pruebas de vestido, maquillaje y peluquería, vacunas para el viaje, vuelos, despedidas… todo cancelado a falta de un mes y medio para el gran día.

Veían las noticias y pensaban que sí que se casaban pero, al día siguiente lo veían todo imposible… Durante semanas tuvieron una sensación de incertidumbre y de falta de control de la situación, “era desesperante” afirma Marta pero, no podía hacer nada, se acercaba mayo y no veían la luz, por lo que, decidieron reservar para el 31 de julio del 2020 y para el 21 de mayo del 2021.

Cristina de La Villa del Mentidero estuvo siempre ahí para todo lo que Marta y Pablo necesitaban y les ayudó en todo, les puso las cosas muy fáciles, a pesar de lo que puede suponer a ellos como proveedores todos estos cambios.

Tras organizar la boda para tres fechas diferentes, parecía que el 21 de mayo de 2021 era el definitivo y como era viernes, decidieron organizar una boda de tarde aunque, aún seguían sin tener la suerte de su lado y la situación de la pandemia y las medidas no ayudaban por lo que, tuvieron que reorganizar la boda una cuarta vez, esta vez manteniendo la fecha pero, cambiando la boda a boda de día.

A diferencia del año anterior y a pesar de lo organizada que es Marta, nos comenta que tomó la decisión de reorganizar la boda un mes antes porque la situación cambiaba cada semana y no quería volver a desilusionarse y nos asegura que “si se puede organizar una boda en apenas dos meses. La mayoría de los proveedores ya tienen experiencia con esta situación y si además cuentas con verdaderos profesionales, es difícil que algo salga mal”.

Nos comenta Marta que la única diferencia con respecto a la fecha inicial es que, alquilaron una carpa para que se pudiese hacer toda la celebración en exterior y así evitar posibles contagios, las mesas eran de 6 invitados en vez de 10 y tenían que llevar mascarilla en la Iglesia. “Mi abuela no puedo estar conmigo, pero la llevé muy cerca de mí, porque el ramo llevaba una cinta que ella había cosido”, afirma Marta.

Finalmente, llegó el 21 de mayo, a primera hora de la mañana Marta llegó junto a su madre a la Villa para prepararse acompañada de María Serrano Parra. “Si hay algo por lo que todas las invitadas me preguntaban era por el recogido, y por supuesto, por el vestido. La verdad es que me había propuesto disfrutar del día y estaba súper tranquila, tenía que saborear cada momento después de casi 2 años esperando y cuando te dicen que disfrutes de cada segundo, no te imaginas lo rápido que pasa el día… Cuando bajé del coche de novios, mi padre me cogió del brazo y puse el primer pie en la iglesia, fue ver a nuestra familias y amigos y no pude evitar llorar, por todo el esfuerzo que habíamos hecho por el camino para llegar allí, al final del camino, el altar. A partir de ese momento, las horas pasaron demasiado rápido, sólo recuerdo que fue el día más feliz de nuestras vidas y que era imposible borrar la sonrisa de mi cara. Todos nuestros invitados disfrutaron del día junto con nosotros y durante varias horas conseguimos olvidarnos del COVID” comenta Marta.

Para la realización de las fotos y el vídeo, confiaron en MINNA; para las invitaciones, Marta se encargó de hacerlas personalmente con acuarelas y después las llevaron a una imprenta y además, hizo una web con WIX para informar a los invitados de todos los detalles de la boda.

Para su gran día, contaron con Laudate para encargarse del coro de la iglesia; el grupo de música para el cóctel con David Dominique; fotomatón con Risbox; Flores con Bukka; maquillaje y peluquería confiaron en María Serrano Parra; los zapatos se los regaló su hermana de SALO Madrid; el tocado que llevaba Marta es de Diloconunaflor y su vestido fue diseñado por Clara Brea.

Marta siempre tuvo en mente que quería un vestido de novia sencillo pero elegante y, algo diferente para que no fuese del todo clásico. A ella le encanta pintar y se lanzó a hacer algunos bocetos del vestido como por ejemplo, las mangas, corte de la espalda, cola… después fue a ver a Clara ya que la conoce personalmente y desde la primera cita que tuvo con ella, tenía claro que era ella quien le tenía que hacer su vestido ya que, captó la idea de Marta a la primera y se encargó de crear la maravillosa capa/velo por la que tantas personas le han preguntado, de poner los detalles al vestido como el madroño, la decoración de la cintura, los cortes que mejor se adaptan a su cuerpo, entro otros detalles.

Marta nos comenta que, como consejo para futuras novias, “el vestido es lo único de la boda que organizas y que es solo para tí, el resto es pensando siempre en los invitados, pero el vestido es tuyo y tienes que hacer una buena elección, yo es lo que más he disfrutado y Clara Brea es una diseñadora que capta la idea y cada estilo a la primera, está contigo en cada prueba y en cada momento durante la confección del vestido, tiene un atelier y un equipo de 10. De hecho, algunas de mis amigas que vinieron a las pruebas, están hoy en sus manos. Además, te ayuda con la elección de los zapatos, tocado… Me recomendó Diloconunaflor para el tocado y ha sido otra elección de 10, sólo hay que ver las fotos”.

“El tiempo no se puede controlar (siempre conviene llevar huevos a Santa Clara), pero después de lo que hemos vivido todos los novios COVID, os aseguro que si en vuestro gran día tiene que llover que llueva, lo importante es que ese día estén todas las personas que queréis y que podáis casaros, cuando te roban ese momento, te das cuenta que los pequeños detalles no importan” afirma Marta.

Minnafotografia - Boda Marta y Pablo
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo
Minnafotografia - Boda Marta y Pablo

Marta quiere agradecer a Clara Brea, María Serrano Parra, La Villa del Mentidero, Bukka y al resto de proveedores por estar con ellos en un día tan especial pero, sobre todo, a su hermana Ana, que ha estado al lado de ellos ayudándoles a organizar cada momento de la boda para que por fin, pudiesen cumplir su sueño.

«¡Os animo a todas a seguir adelante con la organización de vuestro día!», Marta.

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